“Ahora, valiente Perseo, cuéntanos, te suplico, con qué valor y maña te apoderaste de esa cabeza llena de serpientes”. Ovidio (Metamorfosis 4, 770).
Medusa es uno de los símbolos antiguos más potentes de dominio masculino sobre los peligros destructivos que representaba la posibilidad misma del poder femenino. No es un accidente que, en sus representaciones, siempre nos la encontremos decapitada.
Medusa era una de las tres míticas hermanas conocidas como las Gorgonas. Una de las versiones más famosas del mito, cuenta que Medusa era mujer muy bella de la cual Poseidón se encaprichó y la violó mientras ella se encontraba en uno de los templos de Atenea. Atenea, como castigo por el sacrilegio cometido, rápidamente transformó a Medusa en una criatura monstruosa con la capacidad mortífera de convertir en piedra a cualquiera que le mirara directamente a la cara [NOTAD QUE ATENEA LE CASTIGA A ELLA, OTRA “GRAN” HERENCIA CLÁSICA, PERO ESO ES OTRO TEMA Y LO TRATARÉ EN OTRO POST]. Así lo cuenta Ovidio: “[…] Uno de los nobles toma la palabra para preguntarle [a Perseo] por qué sólo una de las hermanas llevaba siempre serpientes mezcladas alternativamente con sus cabellos. El extranjero [Perseo] dijo: ‘Pues preguntas algo digno de contarse, he aquí la respuesta. Ella era la de figura más bella y el partido codiciado por muchos, y en toda ella no había parte más admirable que sus cabellos; […] el soberano del piélago [Poseidón], cuentan, la deshonró en el templo de Minerva; la hija de Júpiter [Minerva] se volvió […] y para que el hecho no quedara impune, cambió la cabellera de la Gorgona en feas hidras. […]” .
Más tarde, se convertirá en la tarea del héroe Perseo matar a esta mujer (de ahí el texto de Ovidio). Perseo le cortará la cabeza a Medusa usando su escudo como espejo y así evitar mirarla directamente. Una vez decapitada, Perseo utilizará la cabeza de la Gorgona como arma, ya que, incluso muerta, ésta sigue conservando el poder de petrificar. Finalmente, Perseo le presentará la cabeza a Atenea, quien la exhibirá en su propia armadura, de esta forma el mensaje quedaba claro: cuídate de no mirar directamente a la diosa.
Mary Beard, catedrática de clásicas de la Universidad de Cambridge, dice que apenas es necesario hacer un análisis para darse cuenta de que este es el mito clásico en el que el predominio del hombre se reafirma violentamente contra el poder ilegítimo de la mujer. Y la literatura, cultura y arte Occidental ha recurrido repetidamente a esta historia en esos términos.
Pone el ejemplo de que la cabeza sangrante de Medusa es una imagen familiar entre nuestras propias obras de arte modernas. En 1598 Caravaggio pintó una versión extraordinaria de la cabeza decapitada de Medusa gritando de horror, derramando sangre y con las serpientes retorciéndose.

Otro ejemplo, es la gran escultura de bronce de Perseo creada por Benvenuto Cellini unas pocas décadas antes y la cual aún se encuentra en la Piazza della Signoria en Florencia. En esta pieza, el héroe aparece pisando el cadáver de Medusa y con la cabeza decapitada de la Gorgona en alto, nuevamente con la sangre y los tejidos saliendo de esta.

Beard comenta que lo que es extraordinario es que la decapitación de Medusa aún permanece como un símbolo cultural de oposición al poder de la mujer y nos ilustra con varios ejemplos de actualidad. Los rasgos de Ángela Merkel se han superpuesto una y otra vez a la imagen de Caravaggio, como se aprecia en la imagen que muestro.

La revista Police Federation una vez apodó en una de sus columnas a Theresa May la «Medusa de Maidenhead[1]» y una caricatura que circulaba en la conferencia del Partido Laborista en 2017 mostraba una imagen de «Maydusa», con serpientes y todo. [SÍ, LO SÉ, MUY ESTÚPIDO TODO].
[1] Maidenhead es una localidad Berkshire, Inglaterra.

Sin embargo, May salió airosa en comparación con Dilma Rousseff, que, cuando era presidenta de Brasil, tuvo que inaugurar una gran exposición de Caravaggio en Sao Paulo [PUFFFF]. Rousseff tuvo la mala suerte de pararse a contemplar de frente la pintura, lo que resultó en una oportunidad irresistible para sacar la foto que muestro abajo, como si Rousseff fuera Medusa y el cuadro su reflejo en el espejo.

Sin embargo, es Hillary Clinton quien ha sufrido todo el tema de Medusa en su forma más cruda y desagradable. Durante la campaña electoral estadounidense de 2016, no solo los partidarios de Trump produjeron una gran cantidad de imágenes de Clinton con la cabeza llena de serpientes, sino que adaptaron la escultura de Cellini a la situación. Esto es, superpusieron la cara de Trump a la de Perseo y le dieron los rasgos de Clinton a la cabeza cortada de Medusa. Este “ajuste” resulta ser mucho mejor que el de Caravaggio, ya que no solo es una cabeza decapitada sino que también incluye a su heroico adversario y asesino. Lo más curioso [POR DECIR ALGO], es que en un programa de televisión estadounidense una presentadora mostró, a modo de parodia, una imagen de esta misma escultura pero esta vez con Trump cortándose la cabeza a sí mismo, la consecuencia fue que la presentadora perdió su trabajo. Por el contrario, esta escena de Perseo-Trump blandiendo la cabeza de Medusa-Clinton, fue una parte muy importante del mundo decorativo la vida cotidiana americana. La imagen se podía comprar serigrafiada en camisetas, en tazas de café, en fundas para portátiles y hasta en bolsos.

Después de este análisis, Mary Beard invita a que nos tomemos un momento, o dos, para asimilar esta normalización de la violencia de género.
Si alguna vez tuviste dudas sobre el grado en que la exclusión de las mujeres del poder se implanta culturalmente o no estás segura o seguro de la fuerza con que las formas clásicas lo justifican, a las pruebas me remito con Trump y Clinton, Perseo y Medusa.
Bibliografía:
Beard, Mary. (2017). Women and Power. A manifesto. Profile Books LTD.
Ovidio. (2017). Metamorfosis. Alianza Editorial.
Me ha parecido un artículo genial
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